DESPEDIDA A LA VIRGEN DEL RECUERDO (TRISTE ACTUALIDAD DE UN ACTO ENTRAÑABLE)

ImagenEsta noche sucederá algo mágico y a la vez íntimo en una explanada de Chamartín de la Rosa. Se repite desde hace más de cien años. Ya lo describió el Padre Coloma en 1891, en su notable novela «Pequeñeces», que más tarde se convertiría en famosa película protagonizada por Aurora Bautista.

Todo el Colegio de los Jesuitas – todo – se reúne solemnemente para despedir a la promoción que lo abandona.

«Las dos torrecillas del colegio se levantaban agudas y airosas como flechas disparadas contra el cielo azul, sereno y radiante, que suele cobijar a Madrid en los primeros días de junio»

Al finalizar el acto, el más solemne e importante de todo el curso, uno de los más pequeños recita, en nombre de los mayores, el poema escrito en 1884 por el Padre Alarcón, Rector del Colegio. Los que se van se despiden de la Virgen del Recuerdo, que da nombre al Colegio.

Dulcísimo recuerdo de mi vida,
bendice a los que vamos a partir…
¡Oh Virgen del Recuerdo dolorida,
recibe Tú mi adiós de despedida,
y acuérdate de mí!

Las palabras estremecen. Y me pregunto qué pensaran algunos de esos muchachos del tiempo que les ha tocado vivir. Del mundo que ellos mismos tendrán que atravesar. Qué pensarán cuando escuchan:

Dicen que por el oro y los honores
hombres sin fe, de corazón ruin,
secan el manantial de sus amores
y a su Dios y a su patria son traidores.
¿ Por qué serán así?

Me pregunto si estos niños entenderán los versos más que nadie. Si sentirán que el mundo es ese jardín de áspides que describe el poema. O si somos nosotros los que vemos nuestro mundo convertido en esos versos que escuchamos por vez primera hace tantos años.

La naturalidad del niño que recita hace los versos más contundentes. Algunos siempre disimulamos las lágrimas ya formadas, que apenas podremos contener cuando cantemos el imponente himno del colegio que cuestiona nuestra vida y nuestra conciencia. Los motivos son tan íntimos que nunca los conoce del todo ni el que llora.

Estrella salvadora es, Madre, tu semblante.
Mísero navegante, naufragaré sin Ti.
Cuando la mar del mundo con zozobrante quilla
surcare mi barquilla, acuérdate de mí.

El poema tiene más de un siglo. Los valores son de hoy y de siempre. Y a veces me pregunto si conocerlos hará sufrir más a estos chavales que ven cómo un mundo a su alrededor se derrumba. Que temen se les caiga encima. Que se preparan para construir el futuro con mimbres inciertos.

Les dejo con el poema. Y me voy preparando para esta noche. En lo posible.

Imagen

Dulcísimo recuerdo de mi vida,
bendice a los que vamos a partir…
¡Oh Virgen del Recuerdo dolorida,
recibe Tú mi adiós de despedida,
y acuérdate de mí!

Lejos de aquestos tutelares muros,

los compañeros de mi edad feliz
no serán a tu amor jamás perjuros:
¡mantendrán sus corazones puros,
se acordarán de ti!

Mas siento al alejarme una agonía,
cual no la suele el corazón sentir…
En palabras de niño, ¿quién confía?
Temo… no sé qué temo, Madre mía,
por ellos y por mí.

Dicen que el mundo es un Jardín ameno,
y que áspides oculta ese Jardín…
Que hay frutos dulces de mortal veneno;
que el mar del mundo está de escollos lleno…
¿Y por qué estará así?

Dicen que por el oro y los honores
hombres sin fe, de corazón ruin,
secan el manantial de sus amores
y a su Dios y a su patria son traidores.
¿ Por qué serán así?

Dicen que de esta vida los abrojos
quieren trocar en mundanal festín;
que ellos motivan tus enojos,
y que ese llanto de tus dulces ojos
lo causan ellos, sí.

Ellos, ¡ ingratos !, de pesar te llenan…
¿ Seré yo también sordo a tu gemir ?
¡ No! … Yo no quiero frutos que envenenan,
no quiero goces que a mi Madre apenan,
¡ No quiero ser así!

En los escollos de esta mar bravía
yo no quiero sin gloria sucumbir;
yo no quiero que llores por mí un día,
No quiero que me llores, Madre mía…,
¡ No quiero ser así !

Y mientras yo responda a tu reclamo,
mientras me juzgue con tu amor feliz,
y ardiendo en este afecto en que me inflamo
te diga muchas veces que te amo,
¿ Te olvidarás de mí ?

¡Ah, no, dulce recuerdo de mi vida !
Siempre que luche en peligrosa lid,
siempre que llore mi alma dolorida,
al recordar mi adiós de despedida,
Te acordarás de mí.

Y en retorno de amor y fe sincera,
jamás sin tu recuerdo he de vivir:
tuya será mi lágrima postrera…
¡ Hasta que muera, Madre, hasta que muera
me acordaré de Ti !

Tú, en pago, Madre, cuando llegue el plazo
de alzar el vuelo al celestial confín
estrechándome a Ti con dulce abrazo,
no me apartes jamás de tu regazo,
no me apartes de Ti.


9 respuestas a “DESPEDIDA A LA VIRGEN DEL RECUERDO (TRISTE ACTUALIDAD DE UN ACTO ENTRAÑABLE)

  1. Cuando era muy niña asistía con mis padres y hermanos mayores a esta ceremonia en el Colegio de Chamartín y nunca comprendí cómo el alumno que recitaba el verso, podía decirlo hasta el final, porque yo me hubiera atragantado con las lágrimas. Aún hoy, mas de 50 años mas tarde, cuando me lo recito a mi misma, por el gusto de recordarlo y como una oración, siento venir las lágrimas a mis ojos. Es una preciosidad y le agradezco que lo haya puesto aquí, accesible para todos, para que no se me olvide ninguna estrofa. Un saludo cordial

  2. Yo fui alumno del Colegio del Salvador Me recibi en el 52 y esas estrofas las cantamos al recibirnos de bachilleres. SIEMPRE ME HE EMOCIONADO cuando la leo y tambien hacen brotar lagrimas de mis ojos al recordar aquellos buenos momentos que ya nunca regresaran

    1. Gracias por el comentario.
      ¿Era el suyo un Colegio de Jesuitas en Argentina? Solo sabía de otro sitio en el que se cantase. Gracias por contarlo.

      Mi hijo mayor se despide en el Colegio de los Jesuitas con esa ceremonia el próximo 29 de mayo.

      Quizá sepa que el acto está descrito en la novela del Padre Coloma «Pequeñeces», de 1.890. LOs versos son del Padre Alarcón, Rector (creo) del Colegio. Hoy se sigue celebrando el acto en el Colegio de los Jesuitas de Chamartín.
      Un saludo.

  3. Hace 50 años, que sali de la primaria del INSTITUTO LUX, de jesuitas en mi natal Leon,Gto Mexico. Hoy al leer un articulo sobre las atrocidades que cometen los narcotraficantes a los soldados de mi pais, se me vino a la mente este hermoso poema que era la despedida de la primaria, yentre lagrimas escribo este comentario, no se que temo madre mia por ellos y por mi !!

  4. Yo estudiè el bachiller elemental en el colegio San Ignacio de Loyola de Las Palmas de Gran Canaria y recuerdo con emoción contenida cuando en loa finales de curso, un alumno de sexto de bachiller recitaba este verso.

  5. yo tuve el honor de recitarlo en nuestra promoción de bachilleres de 1968, Colegio San Juan Berchman, Cali, Colombia, Y siempre que lo leo evoco con nostalgia aquello bellos momentos

  6. Por este encuentro lleno de emociones,
    por este hallazgo aquí, gracias, Asís.
    Has tocado a muchos corazones
    que a la nostalgia daban sus razones,
    y me has llegado a mí.

    Es emocionante leer lo que escribes sobre esa entrañable tradición de recitarle a la Virgen del recuerdo dolorida al final de curso. No se necesita haberse graduado del colegio donde se sigue esta hermosa tradición, como en mi caso, pues soy colombiano y aquí está mi colegio, para sentir una profunda emoción al leer u oir estos versos. Yo los conocí cuando en mi clase de literatura, hace muchos años, estudiamos y discutimos la novela Pequeñeces del padre Coloma. Recuerdo que me sentí entonces como uno de los compañeros del alumno que recitaba la poesía: CONMOVIDO. Con el paso de los años solo recordaba algunos versos sueltos hasta ahora que gracias a ti la poesía volvió a conmoverme como cuando era un colegial. Gracias, muchas gracias y que la Virgen del recuerdo dolorida siempre se acuerde de ti. Alfredo Salazar

    1. Ya solo por lo que me cuentas me alegraría de haberlo escrito.
      Creo que en España estamos perdiendo tradiciones y cultura que con frecuencia encuentro más en personas de otros países como Colombia. Con frecuencia me siento más cercano en ese sentido a un colombiano que a un español. Está claro que somos compatriotas.
      Un abrazo y gracias.

  7. Asís, me sentí altamente honrado con tu respuesta a mi comentario. Permíteme decirte además, que es no solamente la bellísima poesía a la Virgen del Recuerdo y esa tradición de despedida del colegio tan llena de emotividad, sino también tus agudos señalamientos a la dura realidad de hoy, si bien nos duele reconocer que ahí está, lo que me ha dado motivación para leer y releer tu acertado análisis. Me pregunto con Gabriel y Galán: «Somos los hombres de hoy — aquellos niños de ayer?»

    Abrazo recíproco, compatriota. Alfredo

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